El cuidado preoperatorio es una parte fundamental del proceso previo a la intervención quirúrgica de un paciente, de modo que los resultados sean los más beneficiosos para su salud.
Se define como el lapso que abarca la preparación y estudio de una persona que tendrá que pasar por el quirófano. Comienza con el cirujano o médicos generales conociendo al individuo, y culmina en el momento en que se está aplicando la anestesia para la operación.
Este periodo sirve para que el paciente se aliste de forma física y psicológica, de modo que se prevengan complicaciones, pues el personal médico también se prepara para cualquier eventualidad.
En esta fase se recibe al paciente, se le asesora, informa y resuelve todas sus dudas. Después se le realiza un examen fisiológico para conocer su estado de salud y evitar riesgos durante la cirugía, esto es importante sobre todo en quienes padecen enfermedades crónico degenerativas, de ese modo se evitan complicaciones.
Se le solicita a la persona que se asee, sobre todo en las áreas que forman pliegues, y en cuanto a la nutrición, se le indican los horarios de ayuno para que sepa, hasta qué momento puede ingerir alimento y cuándo ya no es posible o recomendable.
Ya en la segunda fase, después de haberse preparado, gracias al examen fisiológico, el personal de enfermería confirma los datos básicos de la persona, desde su nombre hasta el número de cama y habitación.
Vuelve a revisar el historial clínico, comprueba los signos vitales, que haya habido un apego correcto al ayuno, administra los medicamentos necesarios previos a la operación, prepara la zona a intervenirse, que esté limpia y libre de vellos, y coloca los elementos necesarios, como bata y gorro especiales.
En resumen, para las fases del cuidado preoperatorio, se habla de la necesidad de una entrevista, un examen clínico y un examen biológico.
La persona, al estar en contacto con un equipo de médicos generales especializados en infusión, y enfermeros expertos en la aplicación de medicamentos y cuidados, capacitados todos directamente por los laboratorios, haciendo que los pacientes entren en confianza con el personal.
Se procura que la zona de la cirugía esté lista, que el individuo haya tomado el tratamiento previo, y se toman las medidas necesarias si hay padecimientos respiratorios, cardiovasculares o enfermedades degenerativas. En cuanto al ayuno, se supervisa que este sea de 8 horas para alimentos sólidos y 2 para líquidos, o lo que indique el especialista que realizará el procedimiento.
Respecto a la nutrición, se recomienda una dieta rica en frutas, fibras y vegetales, y disminuir los lácteos y alimentos ricos en grasa, aun así, la recomendación es buscar las indicaciones del especialista en nutrición antes de la cirugía.
La preparación no solamente es física, sino psicológica. El especialista debe de hacer una valoración respecto a cómo se siente la persona de cara a la cirugía, de este modo puede apoyarla a bajar sus niveles de ansiedad y temores que existan, brindándole tranquilidad.
Con las valoraciones de salud y psicológicas, lo que el paciente necesita se manifiesta, como cuidados o dietas especiales, el tiempo y tipo de anestesia, control de enfermedades, tipo de tratamiento previo, etc.
Todo lo anterior, en conjunto, propicia que la persona no solamente tenga una operación exitosa, sino que el periodo postoperatorio pase rápidamente y en condiciones óptimas.
Ya sea preoperatorio o postoperatorio, en Alivia te podemos ofrecer el seguimiento correcto, tanto para que pases el proceso de la mejor forma posible, como para que tu recuperación sea rápida. Contamos con equipo especializado, expertos en temas psicológicos y nutricionales, para que tu paso por el quirófano sea una buena experiencia.
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