La sangre es un tejido vital que transporta nutrientes, oxígeno y hormonas a todo el cuerpo, mientras elimina desechos y toxinas. Entre sus componentes principales se encuentran los glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, cada uno con un rol crucial para mantener la salud.

Glóbulos Rojos

Funciones:

  • Transporte de oxígeno: Los glóbulos rojos contienen hemoglobina, una proteína que se une al oxígeno en los pulmones y lo lleva a los tejidos del cuerpo.
  • Eliminación de dióxido de carbono: Recogen el dióxido de carbono de las células y lo transportan a los pulmones para ser exhalado.

Importancia:

  • Mantienen los niveles de energía al asegurar que las células reciban suficiente oxígeno.
  • Ayudan a equilibrar el pH del cuerpo mediante la regulación de gases.

Consecuencias de su alteración: La disminución de glóbulos rojos puede causar anemia, lo que genera fatiga, debilidad y dificultad para concentrarse.

Glóbulos Blancos

Funciones:

  • Defensa contra infecciones: Detectan y destruyen microorganismos patógenos como bacterias, virus y hongos.
  • Respuesta inmunitaria: Coordinan la reacción del sistema inmune ante amenazas externas y células anormales, como las cancerosas.
  • Inflamación y reparación: Liberan sustancias químicas para iniciar procesos inflamatorios y reparar tejidos dañados.

Importancia:

  • Protegen al organismo contra enfermedades infecciosas y crónicas.
  • Mantienen el equilibrio inmunológico para evitar reacciones autoinmunes.

Consecuencias de su alteración: Un exceso puede indicar infecciones o inflamaciones crónicas, mientras que una deficiencia aumenta el riesgo de infecciones graves.

Plaquetas

  • Coagulación sanguínea: Se agrupan en el sitio de una lesión para formar un tapón que detiene el sangrado.
  • Reparación de vasos sanguíneos: Liberan factores de crecimiento que ayudan en la regeneración de los tejidos.

Importancia

  • Previenen pérdidas de sangre peligrosas durante lesiones.
  • Contribuyen a la cicatrización y la recuperación tras cirugías o heridas.

Consecuencias de su alteración: La falta de plaquetas puede causar hemorragias excesivas, mientras que su exceso puede formar coágulos sanguíneos que obstruyan arterias o venas.

Cada componente sanguíneo juega un papel esencial en el mantenimiento de la salud y la supervivencia. Los glóbulos rojos aseguran la oxigenación, los glóbulos blancos protegen contra enfermedades, y las plaquetas garantizan la coagulación y reparación de tejidos. Mantener un equilibrio adecuado en estos elementos es clave para un cuerpo saludable. Si sospechas alteraciones en tu salud sanguínea, consulta a un profesional médico para un diagnóstico y tratamiento oportuno.

 

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