La insuficiencia renal crónica (IRC) es una condición progresiva en la cual los riñones pierden gradualmente su capacidad para filtrar los desechos y el exceso de líquidos de la sangre. Esta pérdida de función renal puede avanzar lentamente durante meses o años y, si no se detecta y trata a tiempo, puede llegar a requerir diálisis o trasplante renal.

Etapas de la insuficiencia renal crónica

La IRC se clasifica en cinco etapas, según el nivel de filtración glomerular (TFG), un indicador clave de la función renal:

  • Etapa 1 (daño renal con función normal o elevada): La TFG es mayor de 90 ml/min. Aunque los riñones aún funcionan bien, puede haber señales de daño como proteína en la orina o anomalías estructurales.

  • Etapa 2 (disminución leve de la función renal): La TFG está entre 60-89 ml/min. Es posible que no haya síntomas, pero los riñones ya muestran señales de deterioro progresivo.

  • Etapa 3 (daño moderado): La TFG oscila entre 30-59 ml/min. En esta etapa pueden comenzar síntomas como fatiga, hinchazón y cambios en la frecuencia urinaria.

  • Etapa 4 (daño severo): Con una TFG entre 15-29 ml/min, los riñones están gravemente dañados y se requiere preparación para una posible terapia sustitutiva como la diálisis.

  • Etapa 5 (insuficiencia renal terminal): La TFG es menor de 15 ml/min. En este punto, la función renal es tan limitada que es necesaria la diálisis o un trasplante para mantener la vida.

Cuidados esenciales para el paciente con IRC

El tratamiento y cuidado adecuado pueden ralentizar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida. Entre los principales cuidados se encuentran:

  • Control médico regular: Es fundamental monitorear los niveles de creatinina, potasio, fósforo y presión arterial.

  • Alimentación específica: Seguir una dieta baja en sal, potasio, fósforo y proteínas, según las recomendaciones del especialista.

  • Hidratación adecuada: La cantidad de líquidos permitida varía según la etapa de la enfermedad.

  • Evitar medicamentos nefrotóxicos: Algunos fármacos pueden dañar aún más los riñones; deben evitarse sin indicación médica.

  • Tratamiento de enfermedades asociadas: Como la diabetes o la hipertensión, que pueden acelerar el deterioro renal.

La detección temprana y el manejo integral son clave para controlar la insuficiencia renal crónica. Si tienes factores de riesgo como hipertensión, diabetes o antecedentes familiares, es importante realizar chequeos periódicos. Cuidar tus riñones es cuidar tu salud a largo plazo.

 

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