Cada 14 de septiembre, se conmemora el Día Mundial de la Dermatitis Atópica, una fecha establecida por la Federación Europea de Asociaciones de Pacientes con Alergias y Enfermedades Respiratorias (EFA) y  Global Skin Foundation.

Este día tiene como objetivo aumentar la concienciación sobre esta enfermedad crónica de la piel, promoviendo la comprensión y el apoyo a quienes la padecen, y fomentando la investigación para mejorar los tratamientos y la calidad de vida de los pacientes.

La dermatitis atópica (también conocida como eccema), es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por la presencia de piel seca, prurito intenso y lesiones cutáneas.

 

Estadísticas

A nivel mundial, se estima que la dermatitis atópica afecta a aproximadamente el 15-20% de los niños y al 1-3% de los adultos. La prevalencia varía según la región y el país, con tasas más altas en las áreas urbanas y desarrolladas. La enfermedad suele comenzar en la primera infancia y puede mejorar con la edad, aunque algunos casos persisten hasta la adultez.

Esta condición suele manifestarse en la infancia y puede persistir hasta la adultez, afectando la calidad de vida de los pacientes debido a la incomodidad y el impacto psicológico.

  • Dermatitis Atópica Infantil: Comienza en los primeros meses de vida y se caracteriza por lesiones en la cara, el cuero cabelludo y las extremidades.

  • Dermatitis Atópica del Niño: Aparece después de los dos años y afecta principalmente los pliegues de codos, rodillas y cuello.

  • Dermatitis Atópica del Adulto: Puede persistir desde la infancia o manifestarse de nuevo en la adultez, con lesiones que afectan principalmente manos, pies y la región periocular.

Orígenes

Se cree que las causas pueden ser es el resultado de una combinación de factores genéticos, inmunológicos y ambientales. Las personas con antecedentes familiares de dermatitis, asma o rinitis alérgica tienen un mayor riesgo de desarrollarla. Además, factores como el clima, la exposición a alérgenos y el estrés pueden desencadenar o empeorar los síntomas.

Formas de Tratamiento

El tratamiento de la dermatitis atópica se centra en el control de los síntomas y la prevención de las exacerbaciones. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Hidratación: Uso regular de emolientes para mantener la piel hidratada.
  • Corticosteroides tópicos: Para reducir la inflamación y el prurito.
  • Inmunomoduladores tópicos: Alternativas a los corticosteroides para el manejo a largo plazo.
  • Antihistamínicos: Para controlar el prurito.
  • Fototerapia: Exposición controlada a luz ultravioleta para casos graves.
  • Tratamientos sistémicos: Medicamentos orales o inyectables para casos severos o resistentes.

Prevención

Aunque no existe una cura para la dermatitis atópica, varias medidas pueden ayudar a prevenir las exacerbaciones:

  • Mantener la piel bien hidratada con emolientes.
  • Evitar desencadenantes conocidos como ciertos alimentos, alérgenos y productos irritantes.
  • Usar ropa suave y cómoda, preferiblemente de algodón.
  • Mantener un ambiente adecuado en el hogar, evitando el exceso de calor y humedad.
  • Gestionar el estrés, ya que puede empeorar los síntomas.

 

Através de una mayor concienciación y comprensión, podemos desestigmatizar la enfermedad y apoyar a los pacientes en su manejo diario.

Es crucial fomentar la investigación para encontrar tratamientos más efectivos y accesibles, así como promover hábitos que prevengan las exacerbaciones. Al unir esfuerzos y educar a la comunidad, podemos mejorar la vida de millones de personas en todo el mundo que enfrentan esta desafiante condición.

 

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