El diagnóstico preciso de las lesiones óseas y articulares es esencial para ofrecer un tratamiento adecuado y evitar complicaciones a largo plazo. En traumatología, los especialistas cuentan con diversas herramientas de imagen y pruebas clínicas que permiten evaluar el tipo, la localización y la gravedad de una lesión. Conocer estos métodos puede ayudar a los pacientes a comprender mejor su proceso de atención médica.

Radiografías: el primer paso en la evaluación

Las radiografías, también conocidas como rayos X, son generalmente la primera prueba solicitada cuando se sospecha de una fractura, luxación o daño óseo. Son rápidas, accesibles y efectivas para visualizar huesos, aunque tienen limitaciones para mostrar tejidos blandos como músculos, ligamentos o tendones. Las radiografías permiten detectar fracturas, desplazamientos articulares, signos de artrosis y otras alteraciones óseas importantes.

Resonancia magnética: una visión más profunda

Cuando se necesita una evaluación más detallada, especialmente de tejidos blandos, se utiliza la resonancia magnética (RM). Este estudio emplea campos magnéticos y ondas de radio para crear imágenes de alta resolución de huesos, articulaciones, cartílagos, ligamentos y músculos. Es muy útil en casos de lesiones de ligamentos, meniscos, hernias discales o contusiones óseas que no son visibles en una radiografía convencional.

Tomografía computarizada: precisión en tres dimensiones

La tomografía computarizada (TC) combina rayos X y tecnología computarizada para generar imágenes más detalladas y en cortes transversales del cuerpo. Es especialmente útil para evaluar fracturas complejas, pequeñas fisuras óseas o lesiones en áreas de difícil acceso, como la pelvis o la columna vertebral. En algunos casos, se utiliza con medio de contraste para visualizar estructuras internas con mayor claridad.

Ultrasonido musculoesquelético: Diagnóstico dinámico

El ultrasonido también se utiliza en traumatología, sobre todo para evaluar lesiones en tendones, músculos y bursas. Su ventaja es que permite observar estructuras en movimiento y es una opción no invasiva y sin radiación, ideal para valorar lesiones superficiales o guiar procedimientos como infiltraciones articulares.

Cada herramienta de diagnóstico por imagen cumple una función específica en la valoración de lesiones óseas y articulares.

El especialista en traumatología elegirá el estudio más adecuado según la naturaleza de la lesión y las necesidades del paciente, asegurando un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno.