Cada 4 de septiembre es conmemorado el Día Mundial de la Leucemia, fecha dedicada a aumentar la conciencia sobre esta enfermedad hematológica.
Esta fecha fue elegida para fomentar la colaboración global en la lucha contra la leucemia y para destacar la importancia de la detección temprana y el acceso a tratamientos efectivos.
La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a los tejidos formadores de sangre del cuerpo, incluidos la médula ósea y el sistema linfático. Se caracteriza por la producción anormal de glóbulos blancos, que no funcionan correctamente.
Existen varios tipos de leucemia, pero en general se dividen en dos categorías principales: aguda y crónica.
- Leucemia aguda: Se desarrolla rápidamente y produce una gran cantidad de células inmaduras. Puede ser mortal en semanas o meses si no se trata. Los tipos principales incluyen la leucemia linfoblástica aguda (LLA) y la leucemia mieloide aguda (LMA).
- Leucemia crónica: Progresa más lentamente y produce células maduras que aún pueden funcionar, en parte. Los tipos principales son la leucemia linfocítica crónica (LLC) y la leucemia mieloide crónica (LMC).
En México, la leucemia es uno de los tipos de cáncer más comunes entre los niños. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la leucemia representa aproximadamente el 35% de todos los casos de cáncer infantil en el país. En adultos, la incidencia también es significativa, con una mayor prevalencia en la población mayor de 50 años.
Causas
Las causas exactas de la leucemia no se conocen completamente, pero se han identificado varios factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad:
- Factores genéticos: Alteraciones en ciertos genes pueden aumentar el riesgo de desarrollar leucemia.
- Exposición a radiaciones: La exposición a altas dosis de radiación, como la radioterapia, puede aumentar el riesgo.
- Quimioterapia previa: Algunos tipos de quimioterapia utilizados para tratar otros cánceres pueden incrementar el riesgo de leucemia.
- Sustancias químicas: La exposición a ciertos químicos, como el benceno, está asociada con un mayor riesgo de leucemia.
- Trastornos hematológicos preexistentes: Enfermedades como el síndrome mielodisplásico pueden evolucionar hacia una leucemia.
Tratamientos existentes
El tratamiento de la leucemia varía según el tipo y la gravedad de la enfermedad, así como la edad y el estado general de salud del paciente. Las opciones de tratamiento incluyen:
- Quimioterapia: Es el tratamiento más común y utiliza medicamentos para destruir las células leucémicas.
- Radioterapia: Utiliza rayos de alta energía para eliminar las células cancerosas.
- Terapia dirigida: Utiliza medicamentos que atacan específicamente las células leucémicas sin dañar las células normales.
- Trasplante de médula ósea: También conocido como trasplante de células madre, reemplaza la médula ósea dañada por células sanas.
- Inmunoterapia: Refuerza el sistema inmunológico del cuerpo para combatir la leucemia.
Prevención y cuidados
Aunque no existe una forma garantizada de prevenir la leucemia, ciertos hábitos pueden reducir el riesgo:
- Evitar la exposición a sustancias químicas tóxicas: Minimizar la exposición a productos químicos peligrosos, como el benceno.
- Radiación limitada: Evitar la exposición innecesaria a radiaciones.
- Estilo de vida saludable: Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y evitar el consumo de tabaco y alcohol en exceso.
- Control médico regular: Realizarse chequeos médicos periódicos y estar atentos a cualquier síntoma inusual.
Recordemos la importancia de la detección temprana, el acceso a tratamientos adecuados y el apoyo a los pacientes y sus familias.
La colaboración y la conciencia global son esenciales para avanzar en la lucha contra esta enfermedad y mejorar la calidad de vida de quienes la enfrentan.
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